Todos somos conscientes de cómo la tecnología ha cambiado nuestras vidas. La revolución digital llegó para quedarse y transformar todo lo que encontró en su camino: nuestras profesiones, nuestras ciudades, nuestras relaciones sociales, nuestros canales de comunicación y la manera de comunicarnos… Todo se ha visto afectado por las Nuevas Tecnologías y, se puede decir que, en general, estas han reportado más beneficios que desventajas, por muchas reticencias que pongan algunos o ciertos miedos que se puedan generar en ocasiones.

Y es que el último año 2020 nos ha demostrado esta importancia de la que hablamos, donde tener un simple ordenador conllevó que millones de personas pudieran mantener su puesto de trabajo y teletrabajar durante toda la pandemia. O, que gracias a nuestros móviles, tablets y ordenadores, pudiéramos mantener el contacto con nuestras familias, amigos y seres queridos durante tantos meses, consiguiendo así estar conectados y no perdiendo estas relaciones en momentos tan difíciles. Además, gracias a las tiendas y negocios online, muchas familias y personas de riesgo (y de no riesgo), pudieron hacer sus compras sin tener que salir de casa y ponerse, con ello, en peligro.

Pero hoy queremos hablar de un beneficio muy concreto de las Nuevas Tecnologías. Y es que, según creemos en SETI, la tecnología debería tener como base el llegar a cualquier lugar del mundo, de manera ética y transparente y, más específicamente, a ponerse al servicio de las personas y grupos sociales más necesitados, luchando por valores como la igualdad, la inclusión, la mejora de la calidad de vida de las personas y la accesibilidad, entre otros. Así, la tecnología tiene el poder de acabar con las barreras de la discriminación y ayudar a personas con discapacidad a llegar o a facilitar el camino allá donde solos no podrían. 

Los continuos avances de la Inteligencia Artificial y de todo tipo de elementos tecnológicos hacen que variables como la movilidad, la visión, la audición o las capacidades de comunicación, entre otras muchas, puedan dejar de ser un impedimento en la vida de las personas discapacitadas y mitiguen las situaciones que han existido hasta ahora de desigualdad y participación social y laboral. 

Tecnología Accesible

Entendemos como accesibilidad «el arte de garantizar que cualquier recurso, a través de cualquier medio, esté disponible para todas las personas, tengan o no algún tipo de discapacidad» (Berners-Lee y Fischetti, 1999). 

Actualmente, existen numerosas herramientas tanto de hardware como de software con muchas y distintas funcionalidades. Algunas de ellas podrían ser los ratones y teclados informáticos adaptados (con teclas más grandes o que impidan pulsaciones accidentales), o los lectores de pantalla, que es una de las tecnologías más utilizadas a día de hoy, y cuya principal función es la de transformar el contenido de texto que aparece en la pantalla y sintetizarlo mediante la voz, con el idioma, velocidad y pronunciación que cada usuario desee.

Otras de las TICs más habituales es la del reconocimiento de voz, que es un software (existen muchos programas diferentes) que permite introducir diferentes comandos de voz para que el dispositivo lleve a cabo tareas predeterminadas.

También son muy comunes las pantallas táctiles, que son monitores en los que se pueden introducir textos a través de la propia pantalla o a través de teclados adicionales. 

Más TICs Accesibles interesantes podrían ser las impresoras de braille, lupas aumentativas, prótesis auditivas, magnificadores, emisoras de frecuencia modulada, páginas de lectura fácil o algunas Apps como Siri, VoiceOver, Google Talk Back, Zoom (lupas aumentativas), Lazzus, Petralex, Pedius, Accesibility o Disabled Park, entre otras muchas.
Por supuesto, aún queda mucho camino que andar para lograr el objetivo de la Accesibilidad Universal, pero al menos demos visibilidad y apoyemos toda tecnología que ya existe, para que se siga trabajando incansablemente para ayudar a toda persona necesitada de estas tecnologías.