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¿Qué es la obsolescencia programada?

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¿Qué es la obsolescencia programada?

Seguro que has escuchado hablar de este término más de una vez, pero ¿sabes qué es la obsolescencia programada exactamente o cuáles son sus consecuencias?

La definición de obsolescencia programada es “la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto”. Esto significa que, después de un periodo de tiempo (que el fabricante ha calculado con antelación), el producto deja de funcionar y se vuelve inservible y obsoleto. Esto se programa generalmente durante la fase de diseño del artículo, decidiendo premeditadamente cuándo dejará de ser útil para el comprador. 

A veces la causa de esta obsolescencia programada es simplemente la falta de repuestos o piezas, que la empresa ha planificado, para que el cliente tenga que hacerse con un producto nuevo para sustituir al que tenía. Los productos más comunes en esta mala práctica son los electrodomésticos o artículos tecnológicos: lavadoras, frigoríficos, ordenadores, pantallas, móviles… 

¿Qué objetivo tiene esta obsolescencia programada? La respuesta está muy clara: generar más ingresos gracias a las compras recurrentes del mismo producto. La meta que tienen las empresas que llevan a cabo este sistema es la de lucrarse a través de la “adicción” de sus clientes por sus productos, que hacen que siempre esperen los nuevos modelos para mejorar el que tienen actualmente. Sin duda, la publicidad y el marketing han tenido mucho que ver con esto, ya que con sus campañas han logrado crearnos una necesidad, por ejemplo, para mejorar nuestro móvil con nuevos modelos aunque el nuestro siga funcionando correctamente (¿o acaso no conocemos todos a los típicos fanáticos de Apple?)

La obsolescencia programada no es algo nuevo. Se inició en 1924, tras la decisión de un grupo de fabricantes de bombillas (Osram, General Electric o Phillips, entre otros) que firmaron un compromiso de limitar la vida útil de sus productos para conseguir un mayor beneficio económico con sus ventas. En ese momento, la fecha de caducidad se había impuesto al bien de consumo.  

Consecuencias de la obsolescencia programada

Ahora que sabes lo que es la obsolescencia programada, ¿quieres saber algunas de sus consecuencias

Como ya hemos comentado, la obsolescencia programada crea la necesidad al comprador de hacerse con nuevos artículos antes de que finalice su vida útil real, ya sea convirtiéndolos en inservibles llegado un momento o planificando la falta de piezas para su arreglo, entre otras “excusas”. 

La consecuencia más problemática es la acumulación masiva de residuos, ya que cuando un artículo “deja de funcionar” o “deja de sernos útil”, directamente lo tiramos a la basura; no le damos una segunda vida ni buscamos otras opciones de uso. Esta acumulación conlleva inevitablemente a un aumento de la contaminación, lo cual, de nuevo, empeora la salud medioambiental de nuestras ciudades y países.

Pero más allá de estos problemas, la obsolescencia programada es la base de la adicción al consumo, a querer más, más y más. Es un círculo vicioso, un punto de no retorno al que estamos llegando inexorablemente.

Al menos somos conscientes de ello (ahora tú también) y podemos intentar luchar contra todo. El malestar por esta práctica es ya conocido mundialmente y existen movimientos y acciones para enfrentarse a ello. Incluso Apple tuvo que ir a juicio, acusado de ejercer esta obsolescencia programada en algunos de sus dispositivos.

Y la pregunta final: ¿cómo podemos combatir la obsolescencia programada?

Si quieres entrar en la lucha y tratar de reducir esta obsolescencia programada que nos han impuesto las grandes empresas y distribuidoras, trata de llevar hasta el final la vida de tus bienes. Móviles, lavavajillas, televisiones, portátiles… No los cambies solo por placer o por querer algo nuevo y más moderno. Cambia cuando realmente sea necesario, ya sea porque el artículo ha llegado a su “fin fin” o cuando tu situación requiera un cambio por otro producto. 

Pero incluso en estos casos donde la compra sea imprescindible, existen páginas y apps donde puedes poner a la venta tus bienes usados o incluso rotos o inservibles: Wallapop o Milanuncios, por ejemplo, son plataformas gratuitas de compra-venta de segunda mano donde puedes darle una segunda vida a tus cosas y, encima, sacarte algo de dinero.

¿Te interesa el tema? Entonces te recomendamos el documental sobre obsolescencia programada dirigido por Cosima Dannoritzer, “Comprar, tirar, comprar”, donde se muestra una visión global de los peligros y consecuencias que conlleva el ciclo infinito de consumo.

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